Visitas

jueves, 2 de enero de 2014

Capítulo 4: Primer dia de escuela

Hoy es mi primer dia de escuela. Después de dos meses preparándome, por fin puedo decir que estoy listo. Normalmente se empiezan las clases en septiembre, pero dado que llegué a casa en noviembre y que no había tenido casi ninguna formación durante toda mi vida, necesitaba ponerme al dia. Mis padres y hermano me enseñaban todo lo que tenían que saber. La verdad es que se me daba muy bien, tanto que solo en los meses de noviembre y diciembre aprendí toda la materia de primaria y parte del primer curso de ESO, que es el curso que voy a empezar hoy.

Y ese es el motivo por el cual ahora mismo estoy enfrente de la puerta de la escuela, con el corazón que se me va a salir del pecho. De repente, y sin esperarmelo, alguien me da una palmada en la espalda que a punto ha estado de hacerme perder el equilibrio. ¿Que quién era? Creo que no hace falta decirlo.

- ¿Vas a estar todo el día ahí parado o vas a entrar?
- Callate, Tumma. Estoy muy nervioso. Eso es todo.

Me miró seriamente.

- No me llames Tumma en la escuela. Es un nombre secreto que solo debes saberlo tú, no los demas mortales.

Suspiré.

- Atzin, de verdad,  hay veces que no te entiendo.
- Tranquilo, llegará el dia en que me entenderás perfectamente.
- Si me lo explicaras...
- Si tuvieras paciencia...
- Ya han pasado dos meses. Me estoy cansando de esperar a que me cuentes algo.
- Te conté lo de la guarida de las almas. Y por própia voluntad.
- Pero no me has contado lo de Tumma.
- Tumma es solo un nombre. Yo considero que es de mas importancia saber el origen de mi ser que el de mi nombre.
- Pero guardan relación entre ellos, ¿no?

Suena el timbre de la escuela.

- ¿Oyes eso? Va a empezar la primera clase. - me coje del brazo. - Ven, te enseñaré cual és tu clase.
- ¡Oye! ¡No me cambies de tema!

Entramos en clase. Mi hermano se acerca a la profesora, le dice quien soy y se sienta en una de las mesas que habia mas cerca de la pizarra. El pupitre que había a su lado estaba vacio. Si mi intuicion no me fallaba, me iban a sentar a su lado. Genial, si ya me iba a ser dificil acostumbrarme a un ambiente así, para colmo iban a ponerme al lado de mi querido hermano. Me tendria que hacer a la idea de que algun día Atzin iba a interrumpir las clases metiendome en su oscura realidad, mientras mis compañeros no se percataban de nada. Y no solo eso. Su sola presencia me incomodaria y no me dejaria atender. Aunque no tenia otra opción. No conocía a nadie mas aparte de él.

Despues de sentarse, unos cuantos compañeros suyos le hicieron preguntas. Supongo que serian preguntas relacionadas conmigo. A continuación unos 20 pares de ojos me miraron fijamente. Era un extraño para ellos. Me empezó a entrar una sensación de nerviosismo. Empezé a hiperventilar casi sin darme cuenta. Queria irme, queria marcharme de allí, pero las piernas no me respondían. Socorro, grité dentro de mi. Ayuda. Que alguien me saque de aquí. Por favor...


"Relájate."

Una voz inundó mis penamientos. ¿Quien era?

"Son niños de nuestra edad. No te van a hacer nada. ¿Confias en mi? ¿Confías en lo que dice tu querido Atzin?"

Le miré brevemente. ¿Era posible lo que estaba pasando? ¿Es que la telepatía realmente podia ser posible?

La profesora puso la mano sobre mi hombro. Me sobresalté.

- ¿Te encuentras bien?
- ¿Eh? Ah... S-si. Eso creo.
- Supongo que debes de estar un poco nervioso.
- Si... Un poco.
- Bueno, no pasa nada. ¿Quieres que te presente yo?
- Si, porfavor.

La profesora parece agradable. Me presenta delante de la clase como "el hermano de Atzin". Esta bien que me llame así, pero me gustaria que no se me conociera solo por eso, aun que tengo la intuicion de que ese sera mi mote durante un tiempo.

- ¡Hola, hermano de Atzin!

Un alumno me ha saludado. Los demas rien.

- ¡Chicos! - La profesora interrumpe sus risas.

Parecen simpaticos. Creo que voy a encajar bien. Me siento al lado de Atzin, aun nerviosisimo.

- ¿Que tal he estado? - le susurro.
- Para serte sincero... temblabas tanto que parecias un flan.

Que vergüenza...

-Oye, no me judges. No he echo esto nunca. No se me da bien presentarme. No he tenido que ponerme delante de tanta gente en mi vida...
- Oh, entonces... ¿no estas comodo?
- Claro que  no... Estoy mucho mas relajado si estoy en ese sitio tuyo... ya sabes.

Suelta una risita.

- ¿Que?
- Pensaba que no lo admitirías nunca ... Jeje.
- ¿¡Lo sabias!?
- Puedo leerte el pensamiento, ¿recuerdas?

Suspiro. Mi hermano me agota. Y por mucho que me incorpore a esta escuela y me relacione con otras personas, eso no cambiará.

- Tranquilízate. Hoy es tu primer día, es normal que estés así. - dijo al acabar la clase. - Hoy te voy a presentar a un montón de gente, así que intenta parecer simpático.


Acaba el día y estoy reventado. No sabía que Atzin tuviera tantos amigos. Nunca me había hablado de ellos. Pero lo que mas me preocupaba era... ¿Les había hablado de mi? Y si la respuesta era que si... ¿Qué demonios les había dicho de mi?

- Oye... - le dije cuando estábamos en casa - ¿Qué les has dicho a tus amigos de mi?
- Poca cosa: que eres mi hermano, que eres adoptado... ah, y que antes creías que la ropa cuando estaba en la lavadora y daba vueltas se mareaba.
- ¡ATZIN!
- Que no, que es broma. Pero las dos primeras cosas si que son ciertas.
- Uf...
- Ah, por cierto, les has caído simpático.
- ¡¿Ah, si?!
- Si, dicen que pareces buen chico. Creo que el hecho de que te presentaras a ellos con una sonrisa ha ayudado bastante.
- Ah...
- y una de mis compañeras ha dicho que le parecias adorable y que al verte solo tenia ganas de achucharte, asi que yo de ti me alejaría de ella en la escuela.

Sonreí. Habia pasado la prueba importante para poder integrarme en mi nuevo ambiente. Me sentía orgulloso de mi mismo. De repente, algo que había pasado desapercibido en ese día me vino de nuevo a la mente.

- Oye... Quiero preguntarte una cosa.
- Quieres volver a preguntarme el significado de Tumma, ¿no es así?
- Deja de leerme el pensamiento ¿quieres? Y sí, quería preguntarte eso.

Atzin suspira.

- Sabes que no puedo contártelo.... ¿O es que no confías en mi?
- Si que confió... Pero soy nuevo en esta familia, no se nada de ella. Quiero saber cosas... Sobretodo relacionadas contigo. Me importas mucho. Por eso quiero saberlo. Conocer a mi nuevo hermano.

Le miré a los ojos seriamente. Sus ojos marrón oscuro se volvían negros a medida que hablaba. Pensaba que no estaba escuchando, cuando de repente me contestó.

- Si confiaras en mi serias paciente desde el mismo momento en que te dije que no te podía explicar de momento el significado de Tumma. No puedo explicártelo todo, entiéndelo.
- ¿Hay algo que me puedas contar a día de hoy?
- No mucho. Solo puedo decirte que Tumma es un nombre que no tenia puesto, ni me pusieron papá y mamá (de hecho, ellos no saben de su existencia)... es un nombre que me he inventado yo. Pero no me lo he inventado porque sí, tiene un significado para mi. Lo elegí según su significado, por que se asemejaba mucho a mi forma de ser.
- Vaya... Pues no lo sabia.
- Pues claro que no, no se lo he contado a nadie.

Se quedó en silencio. Me sentía mal por haber estado todo este tiempo presionándole para que me lo contara.

- No te sientas mal, eres un chico curioso. Es normal que lo quieras saber.

Asentí. Lo bueno de que pudiera leerme el pensamiento es que no tenia que contarle nada. El ya lo veía en mi mente.

- Oye... me gustaría pedirte una cosa.
- ¿Qué cosa?
- Es algo que se me acaba de ocurrir.
- ¿Y que es?
- Yo también quiero un nombre.
- ¿Eh?
- Quiero un nombre como el tuyo. Que signifique algo.
- ¿Quieres que yo me invente un nombre para ti? ¿Es eso?
- Si. Acabo de comprender que lo que mas me gustaría es ser como tú. Tu tienes un nombre, así que yo también quiero uno. Pero quiero que me lo crees tu. Sino no lo quiero.

Le miré. Estaba hablando totalmente enserio, y parece que él me creyó.

- Esta bien, pero dame un día para pensarlo.

Asentí. Aun que estaba un poco intrigado por el nombre que me iba a escoger, sabia que si me lo escogía él, no tendría nada que temer. También me hice una promesa a mi mismo: nunca jamás le volvería a insistir en que me contara algo. Esperaría hasta que Atzin confiara en mi lo suficiente como para abrirme su corazón.


Así que solo me senté y esperé.


CONTINUARÁ...


2 comentarios:

  1. Me encantan estos chicos, ahora toca esperar a ver que nombre le pone:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. yo ya lo se :p jajajajaja ahora tengo que pensar en como se lo dira XD :P

      Eliminar