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viernes, 21 de febrero de 2014

Capítulo 11: Eso no estuvo bien... o si.



Por fin.


Volver a casa después de tanto tiempo es... una sensación extraña. Realmente me alegró volver. Tenia superado lo de la carta y quería volver al que ahora ha sido y siempre será mi hogar. Entro en mi habitación para dejarlo todo con ayuda de papá y mamá... y allí estaba. La carta. me dispuse a cogerla, cuando mamá se me adelantó.

- ¿Quien ha dejado esto aquí? Os lo dije un montón de veces: no quería que esta carta volviese a estar en esta casa.

Mamá pisó el pedal de la papelera. Iba a tirarla, pero yo se lo impedí.

- Dámela, cariño.
- No. - le dije desafiante. - Es mía.
- Ya has visto lo que te provocó esta carta. No quiero que vuelvas a tener otra crisis.
- me controlaré.
- Dame eso.
- ¡NO!

Creo que me he pasado. Que yo recuerde, nunca le había gritado así a nadie. Mamá suspiró.

- ¿Porque eres tan cabezón?
- No se trata de eso. Se trata de que es su carta. Si fuera algo sin importancia no me importaría tirarla pero... es una carta que escribió mi madre. Ella tocó el papel con sus propias manos, cogió un bolígrafo y lo hizo bailar sobre el papel para escribirme unas palabras con todo corazón. De mi nombre, esto es lo único que conservo de mi madre. Ademas, mira. - le puse la carta delante de sus narices. - Su letra... es igual a la mía. esta es la única prueba que tengo de que mi madre y yo nos parecíamos. Por favor, no elimineis el único objeto que conservo de ella. Por favor.

Hubo un silencio en toda la casa. Mamá suspiró.

- Esta bien, puedes quedarte con la carta. Pero te advierto que si vuelves a salir afectado por ella, la tiraré sin avisarte. ¿De acuerdo?
- De acuerdo.
- Anda, ve a arriba y deshaz tus cosas.

Fui pitando al piso de arriba con la carta en la mano, eufórico. Al abrir, me encontré a Atzin deshaciendo mi bolsa del hospital.

- Atzin, no te molestes ya lo hago yo.
- Ah, no, ni hablar. - dijo, deteniéndome y empujándome suavemente para que me sentara en la cama. - Quédate quieto y descansa. No quiero que te vuelva a pasar nada... Sobretodo teniendo en cuenta que el hecho que encontraras la carta fue solo culpa mia... Lo siento.

Siguió deshaciendo la bolsa. Cuando se giró para guardar una cosa en el armario, me levanté y le abrace por detrás. Él se quedó quieto. Supongo que no se lo esperaba.

- No fue culpa tuya.
- Pero...
- Shh., Tumma, no me lleves la contraria o lloraré.

En aquél momento, descubrí que el chantaje no era tan difícil como creía.

- De todos modos, esto en algún momento tenia que pasar. He decidido ser fuerte y lidiar con ello. Pero solo podre conseguirlo en un hogar como este. Quiero quedarme aquí.

 Atzin se separó de mi. Se le veía feliz. es mas, se le veía inmensamente feliz.

- Vamos a cenar.

Después de cenar, cuando ya estaba a punto de dormir, Atzin entró en la habitación para acostarse.

- Mamá ha vuelto a insistir en que si quieres quedarte a dormir con ellos. Yo les he dicho que no, que mejor que te quedaras conmigo y no hicieses nada fuera de lo normal.
- Gracias.

Estaba de espaldas a él, pude notar como unas manos me arropaban con suavidad.

- Si no te tapas, te resfriarás.

Sonreí.

- Eres el mejor hermano que uno podía desear.

Mi sonrisa se contagió en el fantasmal y pálido rostro de Atzin. Atzin se dio la vuelta y abrió el cajón de su mesita de noche. Parecía que buscaba algo.

- Por cierto... Antes has dicho que.. la carta es la única prueba que tienes de que tu madre y tu sois muy parecidos... Pero eso no es cierto.

Estaba confuso.

- Atzin, no... no te entiendo. ¿Que me quieres decir con eso?

Del cajón en el que estaba rebuscando sacó una fotografía. Me la dio. Yo la miré desconcertado. Al darme cuenta de su simbolismo, me temblaron las manos.

- E-Ella es...
- Si, es ella. Era una mujer realmente preciosa. Y mira a ese bebé que lleva en brazos. Es clavadito a ella. Alain. - dijo, mirándome. - Después de ver esta foto no pude evitar ver que eres la viva imagen de una mujer luchadora y fuerte y, que a pesar de todo lo que pasó, aun tuvo las ganas de hacerse esta foto con una sonrisa en la cara. Sois completamente iguales.Y no me refiero solo físicamente. Yo... puedo ver el alma de una persona a través de una fotografía, ya sea viva o muerta. Cuando la vi por primera vez, para mi sorpresa vi que su alma y el alma de aquí dentro, - señalo a mi pecho. - son igual de puras y brillantes. Tienes la misma alma que tu madre. Eres ella. Siéntete orgulloso. - me mira a los ojos. - Y deja de llorar.

Pues si, estaba llorando y ni siquiera me había dado cuenta. Cogí la foto y la miré un segundo.

- Muchas gracias. Tus palabras siempre me consuelan y me hacen feliz. Ay, jolín.

Estaba tan emocionado que me vinieron mas ganas aún de llorar. Atzin me abrazó.

- Por favor, no llores. Sino, mamá pensará que has vuelto a entrar en en crisis y tirará la carta.

Me incorporé secándome las lagrimas.

- Oh, es cierto.

Atzin se rió.

- Vete a dormir. Necesitas descansar.
- Si...
- Yo haré lo mismo.

Atzin se iba a meter en su cama pero yo, inconscientemente, le detuve agarrándole de la manga.

- ¿Que ocurre? ¿Estas bien?

Estaba muerto de vergüenza. Sabia lo que quería pedirle, pero no encontraba el valor para hacerlo.

- Yo...
- Quieres que duerma contigo esta noche, ¿no?

Suspiré. Me ha leído la mente otra vez. Aun que, mejor así. de esta forma no tenia que decirlo en voz alta. Atzin se metió en la cama a mi lado.

- Que conste que si pasa algo, yo no me hago responsable. Yo soy un alma convertida en ser humano y tengo mis instintos.
- ¿Que quieres decir? ¿Te refieres a lo que pasó ese día? ¿Lo de la fusión? Sabes como me siento acerca de eso. Eso que pasó no estuvo bien... o si. No lo sé, es todo muy confuso. No saques el tema mas, por favor. Porque... ¿Te refieres a eso, verdad?

Atzin rió a carcajadas. Cuando conseguí que parara, me miró y me dijo:

- Alain, a veces eres tan inocente.


No comprendía que había pasado, pero decidí no insistir mas. Mi hermano se durmió casi al instante y yo, sin poder apartar la mirada de él, tomé una decisión que me iba a traer muchos problemas, pero también alegrías:


Quiero vivir aquí.

CONTINUARÁ...

viernes, 14 de febrero de 2014

Capítulo 10: Experiencia de éxtasis.

 
Todo esta muy borroso.
 
 
 
¿Dónde estoy?, me pregunto un millón de veces. Por desgracia no encuentro una respuesta. Oigo voces a mi alrededor. Parecen las de papá y mamá. O eso creo. Parece que lloran. ¿Por qué lloráis?, intento decirles. Desgraciadamente mi boca no produce sonido.
 
- ¡¿Que está pasando aquí?! - intento gritar. - ¿Por qué no puedo hablarles?
- Por que estas muerto.
 
Aquella voz me atravesó el lugar donde debería estar mi oreja que, por alguna extraña razón, notaba que había desaparecido.
 
- ¿Qué me intentas decir? Si esto es una broma de las tuyas...
- No es ninguna broma. Mírame.
 
Giré la cabeza hacia donde provenía esa voz, pero no vi nada. No vi su cuerpo fantasmal que tanto me hacía estremecer. Solo vi una masa amorfa y oscura que flotaba delante de mi.
 
- Atzin... ¿Eres tu?
- No soy Atzin, soy Tumma. Quien soy realmente. Soy un alma oscura. Pero eso no es lo que mas importa, ¿te has mirado a ti mismo?
 
¿Eh?
 
- Soy... ¡Soy una cosa extraña! ¿Cómo es posible?
- Eres como yo. Eres un alma. Pero, a diferencia de mi, tu alma esta llena de luz. Esa es la diferencia entre tu y yo.
- Pero... ¿Y nuestros cuerpos? ¿Por que estoy muerto? ¡No entiendo nada!
- Tal vez no lo recuerdes... Pero una semana después, cuando estaba contigo en la habitación del hospital, tu... despertaste. Pero en vez de hablar, lo primero que hiciste fue...
- ¿Fue?
- ... saltar por la ventana.
- ¿Saltar por la ventana? ¿Así por que si?
- No parecía que lo hicieras inconscientemente. Creo que querías acabar con tu vida. Por desgracia, yo estaba en el baño en ese momento.
 
Me dio un escalofrío.
 
- Bueno, pero eso solo explica que yo muriera. ¿Qué hay de ti? ¿Por que te has transformado en un alma?
- A diferencia de ti, yo puedo elegir libremente cuando morir.
- Ya entiendo...
- Y si he decidido morir... ha sido por ti. Verte morir así de esa forma, ha sido demasiado. No he podido soportarlo.
- ¿Tanto me quieres?
 
No responde.
 
- Oye...
- ¿Qué ocurre, Valo?
- Yo... no quiero morir. es posible que el hecho de que saltara viniera conducido por el contenido de esa carta... Pero yo no quiero morir. Me equivocaba. La vida merece la pena vivirla. Lo verdaderamente triste es que mi madre nunca llegó a saberlo.
- Lo se... Pero aun no es tarde para volver a la Tierra. Puedes revivir si quieres.
- ¡¿Que?! ¿Y como se hace eso?
- Solo tienes que pedírmelo y yo haré por ti.
- Esta bien, pues quiero....
- ¡Espera!
- ¿Que?
 
¿Qué le pasaba ahora al atontado este?
 
- Hay... algo que llevo queriendo hacer desde que te conocí. Y antes de revivir, quiero probarlo. Por favor.
- ¿Luego volveré a la Tierra?
- Te lo juro.
- ¿Y que es?
 
Sentí un escalofrío. A pesar de no tener cuerpo, sentía sensaciones como esa con total claridad. Un ruido extraño llegó a mi oreja. Como si alguien estuviera respirando con dificultad.
 
- ¿Que... haces?
- A esto se le llama fusión de almas. Es una sensación realmente única. Solo pueden realizarla dos almas compatibles... Aguanta. 
 
Un leve dolor invadió mi cuerpo. Pero, a diferencia de otros, este dolor no molestaba. es mas, tenia un cierto agrado. Los puntazos de dolor se incrementaban cada vez con mas frecuencia. Pero, aún así, yo quería mas... ¿Qué es esta sensación?
 
- Yo sé lo que es.
 
Preferí no preguntarle el que. Su respuesta me daba miedo.  Poco a poco, el dolor iba desapareciendo. Y el frio también. Al rato, volví a estar como antes.
 
- Vaya... ¿Qué ha sido eso?
- Es fácil. Es lo equivalente al sexo en los humanos. Pero lo nuestro es mas profundo. Por que no se hace con el cuerpo...
- Sino con el alma. 
 
Atzin ríe.
 
- Creo que deberíamos volver. Mamá y papá nos echarán de menos... Tenemos que volver a ser la misma familia de antes. 
 
 
Asiento. Sin previo aviso, esa masa oscura que era mi hermano desapareció. de hecho, todo lo de mi alrededor desapareció. En su lugar había luz. cada vez mas luz. Parecía que estaba siendo conducido aun lugar parecido al cielo. Estaba feliz. Solo me dejaba llevar libremente...
 
 
Hasta que abrí los ojos.
 
 
 
 
Creo que nunca me había abrazado tanto en toda mi vida. Mamá me apretó fuertemente mientras seguía llorando.
 
- Lo siento. - dijo entre llanto y llanto. - Jamás debí dejar esa carta en un lugar como el armario donde se puede encontrar fácilmente.
- ¡Mamá, tranquilízate!
- ¡No puedo!
- Entiendo que estés aun asustada por el hecho de verme muerto... pero estoy bien. Cálmate. No quiero verte llorar mas.
 
Mi madre me miró con cara extraña.
 
- ¿Muerto? Hijo mío, nunca has estado muerto. Solo estuviste inconsciente una semana desde que pasó eso de la carta.
 
¿Pero que...?
 
- Pero yo... Yo creí...
 
Ya lo entiendo. Había sido una alucinación provocada por Atzin mientras estaba inconsciente. Así que, realmente jamás había saltado por la ventana. Miré a Atzin con una mirada asesina. Él comprendió mi enfado y no dijo ni palabra.
 
- Creo... Que debes de estar algo cansado. - dice mi padre mientras mi madre y él se levantan para marcharse. - Nosotros nos vamos. Esta noche quédate con él, Atzin. Ah, y procura no matarle de un disgusto, por favor.
- Haré lo que pueda. - dijo Atzin en tono irónico.
 
La puerta se cerró. Al asegurarme que papá y mamá estaban fuera de la habitación del hospital, cogí una almohada y la aprendí a golpes contra Atzin.
 
- ¡Idiota! ¡Maldito idiota! ¡Me dijiste que estaba muerto!
- ¡Tranquilízate! ¡Si te calmas tal vez te lo puedo explicar!
- ¡NO!
 
Seguí dándole golpes sin cansarme. Era increíble como podía tener tanta energía a pesar de haber estado mas de una semana en el hospital. Pero una de ellas se me fue de las manos. No, Atzin me la quitó. La tiró al suelo. Intenté recuperarla abalanzándome sobre él. Pero Atzin, con una fuerza que yo ignoraba que tenia, me empujó para que cayera sentado en la cama.
 
- ¡Me has empujado!
- ¡Es que eres un histérico!
 
Me puse la mano en el corazón intentando calmarme. Él tenia razón, parecía un histérico. me intenté tumbar, mientras intentaba que mi respiración se ralentizara. Atzin se acercó a mi y me dio la almohada.
 
- ¿Mejor?
- Si... creo que si.
- Oye... siento haberte mentido. Pero yo... Solo quería hacerte creer que estabas muerto para hacer que no tuvieras esas ganas de morirte. Pensé que si lo hacía así... Cambiarias tu forma de pensar.
 
Suspiré. Atzin me cogió de las manos.
 
- Pero... Todo lo que hicimos luego era real. Realmente nos fusionamos... Fue la mejor experiencia de mi vida. Fue una experiencia ... de éxtasis.
 
Sonreí. Para mi también había sido una experiencia muy agradable. pero eso no quitaba que Atzin me había mentido. Con una sola mirada se lo hice entender todo.
 
- Por favor, Alain, no te rindas. Si hay otro motivo por el cual te mentí era por que quería que vivieses, y que estuvieses a mi lado. Quería que alegraras la vida de papá y mamá. Y la mía también.
 
En eses instante, a Atzin se le cae una lágrima. Y luego otra. Y otra. No paraba de llorar mientras me miraba a los ojos. Le abracé. Él me apretó fuertemente.
 
- Prométeme que no vas a volver a darme disgustos así nunca mas. No quiero un mundo sin mi querido Valo... Por favor.
 
Me quedé pensativo. No sabia si podría cumplir una promesa así. Aun así, si quería animar a mi hermano, al igual que él había hecho conmigo, solo habían tres palabras que podía decir:
 
 
- Te lo juro.
 
CONTINUARÁ... 

viernes, 7 de febrero de 2014

Capítulo 9: No dejes de brillar.

 
 
 
Mi querido Alain...
 
 
Todo se ha vuelto tan complicado últimamente... La vida no siempre nos trata como nos merecemos, pero en tu caso se ha excedido. Estoy aquí a tu lado en el hospital para desmentirte lo que dijiste antes de desmayarte: aquello que pasó no fue tu culpa. Tu existencia nunca ha sido un problema para nadie y, desde luego, no para tu madre.
 
Tuviste mal suerte. Solo ha sido eso. Si existiera el destino, dudo mucho que el tuyo sea sufrir pr existir. Tu existencia no provocó en ningún momento el fatal desenlace de tu madre. Ella te protegió. Intentó que tuvieras otra oportunidad para poder dejar salir tu luz interior, esa luz que te carazcteriza. Esa luz que ahora, después de leer aquella carta, noto que se va apagando cada vez mas.
 
En el momento en que te desmayaste, noté que una parte de ti había muerto. Aquella parte que hacia que pudieras sonreír sin motivo alguno, que hacia que tu risa alegrara a cualquiera que lo oyera... en definitiva, aquella parte de ti que te hace especial. mentiría si dijera que aquello no me afectó. Tu luz es lo que me mantiene vivo. No puedes rendirte ahora.
 
 He estado siglos buscando un alma compatible con la mia, que hiciera mas visible mi oscuridad. Por fin te he encontrado, pero ahora ese alma se esta consumiendo a si mismo. Como una estrella que muere y se convierte en un agujero negro. Antes eras una estrella. La estrella mas brillante que he visto nunca. Ahora, te estas destrozando por dentro.
 
 
 
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Ha pasado mas de una semana desde que estas aquí. ¿Cuándo piensas despertar? ¿Por qué no haces lo que haces siempre: abres los ojos, nos miras a todos y nos das un abrazo mientras sonries? En mi opinión, ya has sufrido bastante. El pasado es pasado. Y lo que pasó hace 12 años, pasó, y ya no se volverá a repetir. ¿Porque, entonces, siques así? ¿Qué tengo que hacer para verte sonreir otra vez?
 
Sé que te pido muchas cosas, y que lo he hecho siempre. Pero, si consigues superar esto, te juro por mi alma que solo te pediré una cosa de ahora en adelante: no dejes nunca de brillar. Eres luz, yo oscuridad. No puede haber oscuridad si no hay luz. Tampoco puede haber luz si no hay oscuridad. ¿Lo entiendes ahora? Nos necesitamos mutuamente. Por eso, si uno de los dos cae en el abismo, es responsabilidad del otro hacer que vuelva en sí otra vez.
 
Y es lo que haré yo. Daré lo mejor de mi para verte sonreir de nuevo, mi querido Valo.
 
 
 
 
 
 
y Quien iba a decirme a mi que, una semana después, el mundo volvería a iluminarse tanto como lo hacía antes.
 
CONTINUARÁ...